En el fascinante universo de la psicología del color, podemos ir más allá de la mera preferencia estética para explorar cómo ciertos «colores» simbólicos pueden representar patrones de personalidad, estados emocionales predominantes y formas características de interactuar con el mundo. Esta mirada terapéutica busca comprender las «tonalidades» humanas desde una perspectiva más profunda y metafórica.
Es importante aclarar que esta no es una clasificación rígida, sino una forma de explorar tendencias y matices en la experiencia humana. Las personas somos complejas y multifacéticas, y rara vez encajamos perfectamente en una sola categoría de color. Sin embargo, esta lente puede ofrecer una comprensión más rica de nosotros mismos y de los demás.
La pregunta sobre si los «colores» de las personas son innatos o desarrollados a través de la vida y el aprendizaje se sitúa en el clásico debate entre naturaleza (genética, predisposiciones biológicas) y crianza (ambiente, experiencias, aprendizaje). Desde una mirada terapéutica, la respuesta es compleja y tiende hacia una interacción dinámica y continua entre ambos.
No nacemos con «colores» predefinidos de manera estática, como si tuviéramos un código genético para ser «Azul profundo» o «Amarillo sol». Sin embargo, ciertas predisposiciones temperamentales y biológicas pueden influir en la tendencia a desarrollar ciertas características que luego asociamos con estos «colores».
No estamos destinados a ser de un solo color para siempre. El autoconocimiento y el trabajo personal pueden permitirnos explorar diferentes tonalidades dentro de nosotros mismos, desarrollar nuevas «paletas de colores» y movernos con mayor flexibilidad a través de las diversas experiencias de la vida.
En lugar de ver estos «colores» como categorías fijas, podemos utilizarlos como herramientas para la autoexploración y la comprensión de las dinámicas interpersonales. Reconocer nuestras tendencias predominantes y las de los demás puede fomentar la empatía, la comunicación efectiva y el crecimiento personal.
Veremos 6 de estas «tonalidades humanas»:
1 – Las personas «Azul profundo»:
Tienden a la introspección, la calma, la reflexión y la profundidad emocional. Pueden experimentar una rica vida interior, a veces con una tendencia a la melancolía o a una sensibilidad aumentada. Buscan la conexión auténtica y la intimidad en sus relaciones. Valoran la verdad, la lealtad y la coherencia.
Suelen ser analíticas, lógicas y buscan la comprensión profunda de las situaciones. Pueden ser observadoras, detallistas y tener una mente estratégica. Valoran el conocimiento y la sabiduría.
Pueden ser reservadas, preferir la tranquilidad y los entornos íntimos. Suelen ser confiables y responsables. Pueden mostrarse cautelosas al inicio de nuevas relaciones o proyectos, pero, una vez que confían, son leales y comprometidas. Pueden necesitar espacio personal y tiempo para la reflexión.
2 – Las Personas «Amarillo sol»:
Predomina en ellas la alegría, el optimismo, la curiosidad y la energía vital. Son personas que irradian entusiasmo y buscan la diversión y la novedad. Pueden ser espontáneas, creativas y tener una gran capacidad para inspirar a otros.
Suelen ser imaginativas y con una mente ágil. Les gusta explorar nuevas ideas y posibilidades. Pueden ser visionarias y tener una perspectiva amplia de las situaciones.
Son sociables, comunicativas y disfrutan de la interacción con los demás. Pueden ser impulsivas y buscar la gratificación inmediata. A veces, pueden tener dificultades con la rutina y el compromiso a largo plazo si sienten que limita su libertad.
3 – Las personas «Rojo fuego»:
Se caracterizan por la pasión, la intensidad, la impulsividad y, a veces, la frustración o la ira. Son personas con una gran energía y determinación. Pueden ser líderes naturales y defender sus convicciones con fervor.
Suelen ser directas, decididas y orientadas a la acción. Pueden tener una mente competitiva y un fuerte deseo de lograr sus objetivos.
Son enérgicas, activas y, a menudo, buscan el liderazgo. Pueden ser impacientes y tener dificultades para tolerar la lentitud o la indecisión. Pueden mostrarse dominantes o confrontativas en ciertas situaciones.
4 – Las personas «Verde naturaleza»:
Buscan la armonía, el equilibrio, la conexión con la naturaleza y la empatía. Suelen ser personas consideradas, pacientes y con un fuerte sentido de la justicia. Valoran la estabilidad y el crecimiento.
Tienden a ser reflexivas, comprensivas y buscan el bienestar colectivo. Pueden ser mediadoras y buscar soluciones pacíficas a los conflictos.
Son cooperativas, amables y buscan el apoyo mutuo. Pueden tener dificultades para confrontar o tomar decisiones que puedan dañar la armonía del grupo. Valoran la autenticidad y la conexión genuina.
5 – Las personas «Violeta místico»:
Se inclinan hacia la espiritualidad, la intuición, la creatividad y la sensibilidad artística. Pueden tener una profunda conexión con su mundo interior y buscar el significado trascendente de las experiencias.
Suelen ser intuitivas, imaginativas y con una capacidad para ver más allá de lo evidente. Pueden tener una mente abierta y una fascinación por lo desconocido.
Pueden ser idealistas, soñadoras y, a veces, parecer desconectadas de la realidad cotidiana. Valoran la expresión creativa y la búsqueda de la belleza. Pueden necesitar tiempo a solas para nutrir su mundo interior.
6 – Las personas «Naranja cálido»:
Se caracterizan por la sociabilidad, el entusiasmo, la espontaneidad y la alegría de vivir. Disfrutan de la compañía de otros y buscan experiencias placenteras.
Suelen ser optimistas, prácticas y con una mente abierta a nuevas experiencias. Pueden ser persuasivas y tener habilidades sociales desarrolladas.
Son extrovertidas, comunicativas y disfrutan de la actividad y la estimulación. Pueden ser impulsivas y, a veces, tener dificultades para la planificación a largo plazo.
Esta mirada terapéutica sobre los «colores» de las personas nos invita a observar más allá de la superficie y a comprender las tendencias emocionales, cognitivas y conductuales que matizan la rica paleta de la experiencia humana. Al reconocer estas «tonalidades», podemos desarrollar una mayor empatía, mejorar nuestras relaciones y comprender mejor nuestras propias complejidades internas. Recordemos siempre que somos seres únicos, con nuestras propias combinaciones de colores y matices en constante evolución.
¿Con qué color identificás tu personalidad actual?
Por Celina Cocimano,
Coach Ontológico y Terapeuta Emocional @celinacocimano. Gentileza para OHLALÁ
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