¿Sabías que cuando la vida parece detenerse, viene con ella una gran transformación?
Si, por más irónico que parezca. La vida no se detiene, verás que pase lo que pase con vos, al otro día, es un nuevo amanecer, aunque parece que tu mundo se aquietó por una gran destrucción emocional.
La vida, en realidad, nos detiene. Nos detiene con desapariciones físicas de personas que amamos, nos detiene cuando perdemos un trabajo, cuando nuestros hijos se van, cuando te separas., etc etc
Te detiene por muchos factores externos, la gran mayoría, profundos dolores. Pero también te detiene para salvarte. Cuando venís años “deambulando” con una personalidad que no te pertenece, cuando pones a tu vida en automático, cuando permaneces años al lado de alguien que no mereces, cuando nunca estás donde queres estar, etc..
Si, te detiene, te lleva a profundas y oscuras zonas de dolor, de rabia, de incredulidad, de apatía total, sinceramente pareciera que el camino desapareció, se siente como una devastación como dejan los huracanes feroces. Esta es la primera fase.
Alguna vez sentiste algo así? ¿Sentiste que tu cuerpo, tus emociones, tus pensamientos se pusieron en STOP?